lunes, 6 de junio de 2011

C h i c a s




Cuando tenía unos 12 años aproximadamente y aún aspiraba a tener una adolescencia normal, me compré unos libros de la colección “Chicas”, sin ningún tipo de contenido ni valor literario, en el que las adolescentes aparecen como unos seres obsesionadas con tener novio y gustar a los demás, y si no es así estas, lo que viene denominándose muerto socialmente. Sin duda, el mejor ejemplo que seguir cuando tu personalidad se está desarrollando y empiezas a ser alguien medianamente útil para la sociedad.


Dicho esto, declaró de forma solemne que los libros me encantaron y son realmente entretenidos, y sus manifiestos no hicieron mucha huella en mí, acabe leyendo obras como el Segundo Sexo o Memorias de una joven formal, es decir, el antagonismo a estas banales novelas para adolescentes. En fin, salí viva y sin muchas heridas de guerra.


La cuestión se sitúa ahora con 19 años, una noche de insomnio, mucho nerviosismo y sin ganas de pensar, decidí volvérmelos a leer. Al fin y al cabo era como tirar mano de la típica comedia romántica para amenizar las aburridas tardes de domingo. Sí, no estoy orgullosa de ello, pero así fue, me leí un libro para adolescentes con muchas fantasías propias de la edad y con las páginas teñidas de rosa fucsia.



Mi balance siete años después, es que son mejores que cuando los leí por primera vez, necesito resaltar de “Quiero escribir una historia de amor. 13 capítulos para una novela rosa hecha en casa”:


Diría que es una belleza “californicable”. (Con 12 años, no era capaz de unir ambas palabras).


El matrimonio a menudo es el final de las comedidas, pero igual de a menudo es el principio de las tragedias. Sin embargo, son las tragedias las que hacen la vida más rica y digna de ser vivida”. (Sorprendida, este libro podría ser hasta profundo).


"He aprendido nuevos modos de expresar felicidad: 1) la alegría estallaba en su risa y le iluminaba los ojos. 2) Sentía una paz y una satisfacción sin fin. 3) Aquella noche no había sombra en su corazón. 4) Era beatamente feliz y se sentía plenamente viva. 5) Estaba encerrada en un suave capullo de euforia". (Estoy ansiosa de utilizar alguna de estas frases en mi vida cotidiana. Puedo convertir mi vida en un puro teatro…).

¿Habéis leído algún libro de este tipo que os cueste reconocer en público? Animaros y saciar mi curiosidad.

María.

2 comentarios:

  1. Hola, me he encontrado con tu blog casualmente... me ha hecho mucha gracia esta entrada... jajaja Todos esos libros los tenía yo... Bueno, casi todos, porque en verdad nos los intercambiabamos entre las amigas para leerlos todos, éramos adictas... Aaaay bendita preadolescencia!
    Te enlazo! He estado echando un vistazo!

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  2. Hola!!
    Me encantó tu reseña, sí efectivamente a medida que creces estos libros se vuelven parte de ti, ya que en más de alguna ocasión viviste situaciones similares a las descritas en esos libros. Te puedo contar, que yo poseo 23 de estos libros y ando en la búsqueda de otros títulos, los cuales han sido casi imposible de encontrar, ya que hay un nuevo formato, más producidos y con otros dibujos, lo que hace que mi búsqueda sea cada vez más difícil,por eso si te interesa podemos ver que títutlos tienes, te parece? mi correo es rperezm85@gmail.com.

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